Los Equipos de Protección Individual (EPI) son aquellos dispositivos o medios de los que dispone una persona con el objetivo de protegerle contra uno o varios riesgos que puedan afectar a su salud y seguridad. Según datos del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT), cerca del 40% de los trabajadores deben utilizar obligatoriamente algún tipo de EPI en su trabajo, y que forman parte principalmente de los sectores de construcción, industria y agricultura. Sin embargo, desde esta institución indican que un 10% de los trabajadores que deben utilizar EPI no lo hacen.
A pesar de esta obligatoriedad en el uso de equipos de seguridad, en el periodo de julio de 2016 a junio de 2017 se produjeron 70 accidentes mortales en el sector de la agricultura, con un índice de incidencia de del 10,6.
El segundo ámbito con mayor índice de incidencia fue el de la construcción, con un 9,9 y donde se produjeron 70 siniestros que resultaron ser mortales.
“El sector agrario y la construcción son deficientes en el uso de equipos de seguridad. Aunque son ámbitos donde en muchos casos el riesgo de accidente es mayor y por desgracia ocurren siniestros que no hubieran sido posible evitarlos, existe aún falta de conocimiento y formación sobre el uso correcto de los EPI”, asegura Luis Gil, secretario general de la Asociación de Empresas de Equipos de Protección Individual (Asepal) y portavoz, Luis Gil.
Y es que sin la información acerca del uso correcto del equipo, el minucioso trabajo de selección del EPI adecuado, realizado por el responsable en prevención de riesgos, y todo el empeño y dedicación del fabricante para poner en el mercado productos de primera calidad se verán menoscabados por un uso inadecuado del EPI.
Por otro lado, estar exento de utilizar un Equipo de Protección Individual no es lo mismo que estar libre de sufrir un accidente laboral, por ello la prevención y la utilización de equipos cuando se recomienden su uso, son claves para reducir el número de siniestros laborales.
Aunque se trata de sectores con actividades muy diversas y hacer una recomendación general no es sencillo, desde ASEPAL proporcionan una serie de orientaciones generales acerca de los EPI que de manera más habitual hacen frente a los riesgos que amenazan la salud y la seguridad de los trabajadores del sector agrario y construcción y que pueden emplear para la prevención de riesgos laborales:
- Guantes, para proteger las manos contra agresiones derivadas de la manipulación o contacto con sustancias químicas, superficies frías o calientes, superficies u objetos rugosos o afilados, etc.
- Zapatos o botas de seguridad, para ofrecer protección frente a caídas de objetos (o pisotones del ganado, mordeduras, etc.), resbalones, objetos punzantes o cortantes, electricidad estática, etc.
- Gafas y pantallas de protección, para proteger los ojos y la cara no sólo de impactos de objetos proyectados, vapores, salpicaduras de líquidos y radiaciones de soldadura, sino también de la radiación solar, cuando sea necesario.
- Tapones para los oídos y orejeras, para proteger de niveles excesivos de ruido procedentes de máquinas y herramientas, animales, etc.
- Cascos de seguridad, para evitar posibles lesiones causadas por la caída de objetos.
- Protección respiratoria, para eliminar los contaminantes que pueden encontrarse habitualmente como en silos, en procesos de carga y descarga de áridos, trabajos con piedra, etc.
- Arneses, y otros equipos de trabajo en altura. En los que deberemos tener muy presente el buscar un punto de anclaje suficientemente sólido. Y nunca trabajar en solitario.
- Vestimenta de protección. Para ofrecer protección frente a riesgos tan diversos como los derivados de la exposición a productos químicos, condiciones de baja visibilidad, operaciones de soldadura, o exposición a las intemperies.
FUENTE: https://www.interempresas.net/EPI/Articulos/196715-El-sector-agrario-y-la-construccion-son-deficientes-en-el-uso-de-equipos-de-seguridad.html